Técnica Feynman

Técnica Feynman para oposiciones: explica como si enseñaras

[PIRANDELLO FORMACIÓN]

La Técnica Feynman es un sistema de estudio que convierte temas complejos en explicaciones tan claras que podrías enseñarlas a un alumno de 12 años. Su base es sencilla: cuando eres capaz de explicar un concepto sin jerga, con ejemplos cotidianos y de memoria, es que lo has entendido de verdad. En un proceso tan exigente como las oposiciones —temarios extensos, pruebas tipo test, desarrollo, supuestos y, a veces, defensa oral— dominar esta habilidad marca la diferencia entre “me lo sé más o menos” y “lo puedo defender en el examen”.

¿Qué es exactamente la técnica Feynman y por qué funciona?

La técnica Feynman populariza un principio potente: aprender explicando. No se trata de repetir el tema tal cual; se trata de reconstruirlo con tus palabras, apoyarte en analogías, detectar lagunas y volver al material hasta que la idea quede cristalina.

Funciona por tres motivos:

  1. Procesamiento profundo: al traducir la teoría a lenguaje corriente, tu cerebro deja de “copiar” y empieza a conectar.
  2. Memoria resistente al estrés: explicar obliga a recuperar la información (no solo reconocerla), que es justo lo que tendrás que hacer el día del examen.
  3. Transferencia a casos prácticos: al usar ejemplos y comparaciones, preparas el terreno para aplicar los conceptos en supuestos y preguntas abiertas.

La técnica Feynman paso a paso para opositores

1) Elige un concepto concreto
No intentes explicar el Tema 1 entero. Empieza por piezas: “silencio administrativo”, “jerarquía normativa”, “contrato menor”, “competencias del Estado”, “principios presupuestarios”, etc. Un bloque pequeño se explica mejor y se fija más.

2) Enséñalo con palabras corrientes
Imagina que se lo cuentas a un vecino que no ha estudiado nunca Derecho o tu especialidad.

Prohibidas las frases kilométricas. Prohibido leer. Cuenta. Si necesitas una fórmula para arrancar:

  • Definición llana: “El silencio administrativo es lo que pasa cuando la Administración no te responde en plazo.”
  • Idea clave: “A veces vale como sí, otras como no; depende de la materia.”
  • Ejemplo mundano: “Si pides una licencia y no te contestan, puede entenderse que te la conceden (silencio positivo), salvo excepciones.”

3) Detecta lagunas y regresa al temario
Cada vez que dudes (“¿En qué casos es negativo?”, “¿Cuál es el plazo?”), anótalo con un asterisco. Vuelve al manual o a la ley (39/2015, 40/2015, etc.), resuelve la duda y reescribe tu explicación con la corrección incluida.

4) Simplifica y estructura
Tu explicación final debe caber en una ficha Feynman o hoja de enseñanza:

  • Título del microtema
  • Explicación en 6–8 líneas, lenguaje llano
  • Analogía o metáfora
  • Ejemplos (1–2)
  • Lista de excepciones / plazos / artículos clave
  • Mini–test de 3 preguntas (para autoevaluarte)

5) Cierra con precisión técnica
Una vez clara la versión para todos los públicos, añade el matiz jurídico o técnico imprescindible: artículos, definiciones exactas, términos consagrados. Así garantizas que tu claridad no pierde rigor.

6) Repite en voz alta y grábate
Explica mirando una pared, al espejo o grabándote con el móvil. O mejor: enséñaselo a alguien. La repetición espaciada (1 día, 3 días, 7 días) consolida la memoria.

Ejemplo práctico: “Ley vs. Reglamento” explicado con Feynman

Definición llana:
Una ley es la norma aprobada por el Parlamento (o Asamblea), y un reglamento es la norma que dicta el Gobierno o la Administración para desarrollar la ley.

Analogía:
Piensa en la ley como el manual del juego y en el reglamento como las instrucciones de la caja que detallan cómo aplicarlo en cada partida. El manual dice qué está permitido; las instrucciones te dicen paso a paso cómo hacerlo.

Ejemplo 1:
La ley dice que hace falta una licencia para abrir un local. El reglamento concreta los trámites, formularios y plazos.

Ejemplo 2:
La ley fija los principios de contratación pública; el reglamento precisa cómo se presentan las ofertas, cómo se puntúan y qué documentos exactos hay que aportar.

Excepción clave (jerarquía):
El reglamento no puede contradecir la ley. Si lo hace, es nulo en ese punto.

Mini–test (autoevaluación):

  • ¿Quién aprueba la ley y quién aprueba el reglamento?
  • ¿Puede un reglamento crear obligaciones que la ley no contempla?
  • Pon un ejemplo de relación ley–reglamento en tu temario.
  • Con esta micro–ficha, ya tienes el concepto listo para un test, un tema de desarrollo o una defensa oral.

Cómo adaptar la técnica Feynman a cada tipo de prueba

Tipo test

  • Forma micro–fichas de conceptos con trampa habitual (positiva/negativa, plazo 10/20 días, excepciones) y tu explicación llana.
  • Al final, escribe 3–4 preguntas trampa basadas en confusiones frecuentes. Responde sin mirar. Marca donde falles y vuelve a explicar.

Desarrollo escrito

  • Convierte la explicación llana en un esqueleto de epígrafes: definición → fundamento → clases → régimen → excepciones → conclusión.
  • Incluye palabras ancla técnicas (artículos, términos específicos) sin perder claridad.

Supuestos prácticos

  • Arranca tu solución con dos líneas de explicación Feynman del principio aplicable (“Qué es, cuándo se usa y por qué”).
  • Aplica el principio al caso, citando hechos + norma. La mini–explicación inicial te ayuda a no perder el hilo.

Defensas orales

  • Practica la explicación de memoria mirando al tribunal imaginario.
  • Incorpora analogías sobrias (sin bromas) y ejemplos breves realistas.
  • Cierra con la coletilla técnica (artículo, jurisprudencia o término exacto).

Integración real en tu semana de estudio

Lunes–Martes (Bloque A):

  • Elige 4–5 microtemas.
  • Crea fichas Feynman (20–30 min por ficha).
  • Ensaya 1 vez cada explicación (5–7 min).

Miércoles (Repaso + práctica):

  • Repite las explicaciones en voz alta.
  • Haz mini–tests derivados de tus fichas.
  • Corrige y pule.

Jueves–Viernes (Bloque B):

  • Repite el proceso con otros 4–5 microtemas.
  • Al final del viernes, grabación de 10–12 minutos explicando 2–3 fichas seguidas.

Domingo (Repaso espaciado):

  • Vuelta rápida a todas las fichas de la semana: lectura + explicación en 2–3 minutos por ficha.
  • Marca en rojo las que “rascan” y priorízalas la semana siguiente.

Errores frecuentes al aplicar la técnica Feynman (y cómo evitarlos)

Confundir claridad con superficialidad.
Solución: termina cada explicación con la precisión técnica (plazos, artículos, definiciones exactas).

Querer explicarlo todo de una vez.
Solución: divide el tema en micro–bloques (5–8 minutos de explicación cada uno).

Explicar leyendo el temario.
Solución: guarda el manual. Explica de memoria con tus palabras, y luego verifica.

No registrar las lagunas.
Solución: anota siempre las dudas y crea una mini–lista de “puntos a revisar”.

Usar analogías confusas.
Solución: prueba tus metáforas con alguien; si no se entiende en 10 segundos, cámbiala.

No revisar de forma espaciada.
Solución: planifica repasos a 1, 3 y 7 días. Sin esa curva, la claridad se evapora.

Plantilla de ficha Feynman

Título: Silencio administrativo
Explicación llana (6–8 líneas): Qué es, por qué existe, diferencia positivo/negativo.
Analogía: “Semáforo sin respuesta” → si no cambia, ¿pasas o te paras?
Ejemplos: Licencia de obra (positivo, con matices); sanciones (negativo).
Precisión técnica: Plazo general, materias excluidas, artículos básicos.
Mini–test: 3 preguntas con plazos, excepciones y un supuesto.

Adapta la plantilla a cualquier temario: Justicia, Administración General del Estado, Sanidad, Educación, Hacienda, Corporaciones Locales…

¿Y si no tengo a quién explicarle?

La técnica Feynman puede aplicarse en solitario, aunque el feedback la multiplica. Por eso es habitual contar con un preparador oposiciones Málaga; en Pirandello Formación, por ejemplo, ponemos el foco en escuchar, señalar puntos débiles y traducirlos en mejoras claras para la siguiente sesión.

¿Y si no tengo a quién explicarle?
Enseñar es estudiar al cuadrado

Aplicar la técnica Feynman a tus oposiciones es cambiar el foco de “memorizar para decir” a “entender para explicar”. Esa mudanza se nota en el test (menos trampas), en el desarrollo (orden y precisión), en los supuestos (aplicación ágil) y, sobre todo, en la seguridad con la que defiendes el temario ante un tribunal.

Si empiezas hoy con una sola ficha —dos párrafos claros, una analogía acertada y tres preguntas— ya estás construyendo un temario explicable. Y un temario explicable es, casi siempre, un temario aprobado. En Pirandello Formación te animamos a ponerlo en práctica desde ya: el conocimiento que puedes enseñar es el que se queda.

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